martes, 27 de mayo de 2008

El eclipse total de Sol que paro una Guerra (año 585 a.C.)

En tiempos antiguos los eclipses totales de Sol fueron siempre considerados como algo negativo que anunciaba calamidades. La fascinación que ejercen hoy en día estos fenómenos es tan grande como entonces era el terror que provocaban. Eran un signo de mal hagüero, pues no podía considerarse de otro modo que en pleno día el astro rey, el Sol, desapareciera haciendo la noche en el día. El Sol era en la mayoría de las civilizaciones antiguas la forma celeste de su dios principal, pues de él emanaba la vida en la Tierra, gracias a su luz y calor. La pérdida del Sol, aunque tan sólo fuera por unos minutos, era entendido como el advenimiento del caos sobre el orden celeste, y eso sólo podía significar un estado de calamidad en el mundo.

Los registros antiguos, en China y Babilonia, principalmente, nos informan del avistamiento de muchos eclipses, pero en pocas ocasiones las explicaciones van más allá de las teorías astrológicas, supersticiosas o religiosas. Es de sobra conocido que los antiguos chinos creían que un dragón gigante se comía el Sol, por lo que para espantar a ese dragón maligno, las gentes se afanaban en hacer mucho ruido estridente con todo tipo de instrumentos, además de sacrificios y rezos. El documento más antiguo que registra un eclipse de Sol procede precisamente de China, y recuerda uno sucedido en el año 2134 a.C. Según la leyenda, Hsi y Ho, los astrónomos de la corte, ese día estaban tan borrachos que olvidaron advertir a su rey, por lo que a éste le pilló desprevenido y no pudieron organizar todos los actos previstos ante un fenómeno de esta magnitud. El resultado fue que Hsi y Ho fueron ajusticiados.
Son muchas las leyendas que se relacionan con eclipses, como la que he comentado brevemente con anterioridad. Sin embargo, no son tantos los hechos históricos de relieve que puedan documentarse, con anterioridad a la era cristiana, en relación a los eclipses de Sol. Una de estas excepciones es la del eclipse total de Sol del año 585 a.C. que sucedió cuando medos y lidios luchaban por el control de Anatolia.

Introducción histórica

Los medos
Asentados en la llanura irania con capital en Ecbatana, eran a comienzos del siglo VII a.C. uno más de los numerosos pueblos dominados por los asirios, cuyo ejército, en aquellos tiempos, era temido casi por invencible. Sin embargo, durante el siglo VII la situación se iría tornando favorable para los medos. El rey medo Fraortes (ca. 675-653 a.C.) pudo dominar a los persas y unirlos en un creciente reino que, tras la muerte del rey asirio Assurbanipal, encontró más facilidades en su objetivo de desprenderse del yugo al que mediante la ocupación o los abultados tributos le sometían los asirios. Los ejércitos asirios estaban al límite de sus posibilidades. Todas las fronteras del imperio asirio eran un hervidero de rebeliones y luchas, por lo que la formidable máquina militar asiria se encontraba exhausta. La muerte del gran rey acentuó la crisis de Asiria y ésto no fue desaprovechado por los pueblos que hasta entonces se hallaban vasallos. Los escitas y los cimerios atacan la llanura siria por el norte, los medos por el este. Al morir Assurbanipal hacia 627 a.C., el trono es disputado entre sus dos hijos y ésto provoca una grave e irremediable crisis. Nabopolassar, en 625 a.C. consiguirá independizar Babilonia de Asiria y coronarse rey fundando la X dinastía babilónica, la de los caldeos. Un nuevo frente se creaba. El otrora enemigo de Asiria, Egipto, se convierte en estos momentos en su última esperanza de supervivencia, pues Asiria se halla en un avispero y es atacada por casi todos los flancos.

Egipto, donde gobernaba Psamético I, veía con malos ojos la debacle de Asiria, pues entendía que ésto sólo podía llevar a la creación de una nueva gran potencia. Era preferible, pues, luchar por la supervivencia de los asirios para así mantener viva a la que durante los últimos siglos había sido la primera potencia de esa región.

El hijo de Fraortes, Ciaxares, cuyo nombre auténtico es Uvarkhshattra (ca. 653-584 a.C.), uno de los dos protagonistas principales del eclipse del año 585 a.C., sacando partido de este período turbulento se convertiría en el más grande y célebre de los reyes medos. En el año 614 a.C. tomó Assur, donde firmó con Nabopolassar una alianza que no iba a significar otra cosa que el acta de defunción de los asirios. Como parte de esta alianza, Ciaxares casó a su hija Amitis con el futuro Nabucodonosor II.

En 612 a.C. los ejércitos medos y babilonios subieron el Tigris hasta alcanzar la capital asiria, la célebre Nínive. Tras dos meses de durísimo asedio la ciudad fue tomada y destruída. Era tal el odio que los asirios se habían ganado durante sus años de hegemonía que incluso en la Biblia se dice que no hubo nadie que se lamentara de su destrucción. Allí debió morir el rey asirio Sinsharishkun, aunque uno de sus oficiales, Ashuruballit II, tomaría el cetro asirio escapándose de la masacre apoyado por el resto del ejército asirio y los contigentes egipcios enviados por el faraón, estableciéndose en Harran, donde tres años después Asiria pasó definitivamente a la historia. Las palabras de Nabopolassar son dignas de reproducir aquí:

"He masacrado el país de Subartu (Asiria), he transformado este país hostil en un montón de ruinas. El asirio que, desde los lejanos días, había gobernado todos los pueblos y cuyo pesado yugo había infringido heridas a toda la población del país, lo puse a los pies de Acad y me sacudí su yugo"


Ciaxares, aliado con los caldeos de Babilonia, llevó con su ejército medo el peso principal de la lucha que acabaría con los asirios y que supondría un vuelco inaudito del panorama geopolítico del Medio Oriente. Sin embargo, la mayor parte del territorio asirio pasó a manos de los babilonios. Ciaxares se quedó, no obstante, con Harran. Esa plaza interesaba a los medos como punta de lanza desde donde luchar por el control de Anatolia. Hacia 590 a.C. Ciaxares invadía el reino de Urartu y la Capadocia, entrando así en conflicto abierto con los lidios.


Los lidios, cuya capital era Sardes, son el segundo pueblo protagonista de esta historia. Aunque era un reino relativamente pequeño del sur y oeste de Anatolia, las crónicas hablan de él como un reino rico y poderoso. A mediados del siglo VII a.C. el rey Gyges de Lidia tuvo que soportar los continuos ataques de los cimerios. Su hijo, Ardys, a pesar de los cimerios mantuvo el empeño de su padre en el oeste, luchando por el control de las ciudades griegas que, como Priene, cayeron en sus manos. Sin embargo, la codiciada Mileto quedaba fuera de sus posibilidades, pues Lidia carecía de flota. A Ardys se debe la fabricación de las primeras monedas en el mundo, de oro. Tras Ardys, en 625 a.C., siguió el oscuro Sadyattes, y a éste le siguió su hijo Alyattes, protagonista con Ciaxares del eclipse de 585 a.C.

El rey Alyattes de Lidia siguió luchando contra los griegos del oeste de Anatolia. Tomó Smyrna, dejó inconclusa la guerra contra Mileto y firmó un tratado con Éfeso. Pero también se volvió contra los cimerios hacia el este, a los que derrotó. Tomó la ciudad de Gordium y llevó la frontera de su reino hasta el curso del río Halys, en donde empezarían sus problemas con un poder mayor, los medos.


Thales de Mileto

Entre los integrantes del ejército lidio estaba Thales de Mileto. Éste era astrónomo, matemático, ingeniero e incluso un hombre de estado. Según Plutarco (Solon 3: 4), Thales fue el único hombre sabio de su tiempo que llevó sus elucubraciones más allá del reino de lo práctico. Platón recuerda una ocasión en la que Thales estaba tan ensimismado observando las estrellas que cayó en un pozo. Tal vez esta referencia, como otras curiosas, no sean más que leyendas irreales que, no obstante, intentan explicar el minucioso trabajo que Thales llevaba a cabo en varios campos del saber alejándose de los problemas mundanos y prácticos del día a día. Según Pausanias (10: 24, 1), Thales fue uno de los siete sabios que firmaron en el templo de Delphi la inscripción en la que se resumían las "máximas útiles para la buena vida del hombre" ("conócete a tí mismo", etc.). Sin embargo, buena parte de la sabiduría matemática de Thales procedía del antiguo Egipto, principalmente en lo que a la geometría se refiere. De hecho, el filósofo griego Proclus, en el siglo V d.C. indicó que Thales había estado en Egipto antes de difundir sus conocimientos de geometría. También, en su concepción del universo tiene claros paralelismos con las creencias egipcias, como la creencia de una tierra flotando sobre el agua o el que todas las cosas vinieran del agua.





Los caldeos, cuya dinastía transcurrió entre los años 626 y 539 a.C., contaban con amplios registros de observaciones astronómicas. Sin embargo, según Neugebauer, no eran conocedores del ciclo saros (223 meses sinódicos coinciden casi exactamente con 242 meses dracónicos) de 18 años y 10 u 11 días. Teniendo en cuenta dicho ciclo, cuando se observa un eclipse lunar, puedes predecir otro que ocurrirá 223 meses lunares después, en luna llena, con ocho horas de retraso y 120º más hacia el oeste. Con el tercer saros (exeligmos) se cierra el círculo, pues vuelve a ocurrir en el mismo lugar y hora, tras 54 años y 34 días. Basándose en la recopilación de cientos de años de observación se podrían haber apreciado estas repeticiones de fenómenos con regularidad, pero no sabemos si Thales debió adquirir esta sabiduría de ellos, del estudio de sus registros o de otro modo. Por el mismo método del ciclo saros, Thales pudo haber sido capaz de predecir el eclipse total de Sol del año 585 a.C. Sin embargo, es muy dudoso que, tratándose de un eclipse solar donde la banda de totalidad es muy estrecha, pudiera predecir la hora (siquiera el día) exacta y el lugar desde donde dicho fenómeno pudiera observarse. Seguramente, la predicción quedó en el año y, tal vez, la semana en la que podía producirse. Neugebauer insiste en que los caldeos no conocieron el saros, pues cuatro siglos después sigue observándose lo rudimentario del cálculo en este aspecto.


El eclipse

La historia política de este eclipse podríamos comenzarla cinco años antes. En el año 590 a.C. los medos prosiguieron su expansión hacia el oeste y chocaron con los lidios de Anatolia. Desde entonces, se desarrolló una guerra sin cuartel entre la potencia meda, que había derrotado a los asirios y controlado momentáneamente a los babilonios, y los lidios, que se convertían en el último obstáculo hacia occidente y el Egeo. Así llegamos a ese día del año 585 a.C.. Algunas fuentes antiguas relatan lo acontecido el día del eclipse y son una prueba directa del transtorno que ocasionó la observación de este fenómeno astronómico:



Herodoto de Halicarnaso, que vivió entre 485-420 a.C., escribió dos referencias al eclipse del año 585 a.C. En Historias, I: 74 leemos:

"Tuvo lugar una guerra entre los lidios y los medos durante cinco años, en los que muchas veces los medos vencieron a los lidios y muchas los lidios a los medos. Dentro de ella incluso llevaron a cabo una batalla de noche: a ellos, que proseguían en condiciones de igualdad la guerra, en el sexto año, iniciado el combate, les aconteció que, trabada la batalla, el día de repente se hizo noche. Tales de Mileto había predicho a los jonios que sucedería esta mutación del día, habiendo propuesto como término el año ese en el que ciertamente tuvo lugar el cambio. Y los lidios y los medos, cuando vieron que se hacía de noche en lugar de día, pusieron fin a la batalla y de manera especial se apresuraron también ambos a que se hiciera la paz entre ellos. Y quienes los reconciliaron fueron estos: Siénesis, cilicio, y Labineto, babilonio. Éstos fueron los que se esforzaron por que se produjera la alianza entre ellos, e hicieron un intercambio matrimonial: en efecto, decidieron que Alyattes entregara a su hija Aryenis a Astiages, el hijo de Ciaxares; pues sin un lazo fuerte unos tratados firmes no pueden mantenerse. Y, en cuanto a los pactos, hacen esos pueblos lo que los helenos y, además de esto, una vez que se cortan los brazos a nivel de la piel, chupan mutuamente la sangre"

Y en Historias I, 103, Herodoto señala esto otro:

"Y después de morir Fraortes le sucedió Ciaxares, el hijo de Fraortes, hijo de Deyoces. Se cuenta que éste fue todavía mucho más valeroso que sus antepasados; y fue el primero que distribuyó por cuerpos militares a los de Asia, y el primero que dispuso que se colocaran separadamente cada uno de ellos, los lanceros, los arqueros y los jinetes. Hasta entonces habían estado todos mezclados indistintamente. Éste es el que luchó contra los lidios cuando noche el día se hizo mientras luchaban, y el que unió a sí todo el Asia del lado de allá del río Halys".


Plinio, en el siglo I d.C., también hizo referencia a la predicción de Thales (Naturalis Historia, II: 53):

"El descubrimiento original (de la causa de los eclipses) fue realizado en Grecia por Thales de Mileto, quien en el cuarto año de la 48ª olimpíada (año 585-4 a.C.) predijo el eclipse de Sol que ocurrió durante el reinado de Alyattes, en el año 170 después de la fundación de Roma (año 584-3 a.C.)"


La visión del eclipse, considerado como un signo divino, hizo que, como cuenta Herodoto, las dos partes beligerantes se reunieran con celeridad para llegar a un acuerdo de paz. Así es como seis años contínuos de guerras entre lidios y medos llegaban a su fín. Nabucodonosor II, rey de la dinastía caldea de Babilonia actuó como árbitro en la resolución del conflicto, llevándose en compensación todo el llano litoral de la Cilicia, en la actual Turquía. En el acuerdo de paz quedó también estipulado que una hija del rey de Lidia, llamada Aryenis, debía casarse con el hijo del rey de los medos, Astiages.



Sin embargo, aunque aliado de los medos, Nabuconosor era consciente del creciente peligro que el imperio medo podía llegar a ocasionar, por lo que amurallará Babilonia, donde los jardines colgantes serán considerados por los autores clásicos como una de las siete maravillas del mundo conocido.

El eclipse tuvo lugar el 28 de mayo del año 585 a.C. (año -584) y en el momento de su máximo tuvo una magnitud aparente de 1,08 y una duración de 6'05" en su punto central (figs. 4 y 5). Este punto se encontró en pleno océano Atlántico, a 40º de longitud oeste y 37º 41,7' de latitud, a las 14:18 TU, encontrándose el Sol a una altura de 71º. En ese punto, la anchura de la totalidad era de 270 km. pero, lógicamente, ningún ser humano estuvo en ese tiempo en dicha posición. Aún faltaban más de dos mil años para que la expedición capitaneada por Colón descubriera América y la navegación atlántica se hiciera más común.




La batalla del año 585 a.C. no sabemos donde tuvo lugar exactamente, pero algunas pistas nos ayudan a situarla: primero, el hecho de que desde el lugar de la batalla se vió el eclipse total, por lo que debemos situarla en algún punto en el interior de la sombra de totalidad; segundo, que tras la paz firmada el río Halys (actual Kizilirmak) se convirtió en la frontera entre Lidia y Media; y, tercero, que los medos fueron los que atacaron en territorio contrario, por lo que el encuentro debió producirse en la frontera o en el interior de Lidia. Considerando estos elementos, debemos centrarnos en la península de Anatolia para observar por dónde pasó la sombra de totalidad y tener en cuenta las condiciones del eclipse. En este sector geográfico las coordenadas y elementos del paso de la totalidad son las siguientes:

Long. Latitud T.U. Alt. Azi. Km. Duración
al norte media al sur
026°E 41°43.7'N 39°23.9'N 40°33.4'N 15:45:05 17 282 242 03m47s
028°E 41°08.5'N 38°48.9'N 39°58.3'N 15:46:03 15 284 241 03m42s
030°E 40°31.8'N 38°12.3'N 39°21.6'N 15:46:55 14 285 239 03m38s
032°E 39°53.5'N 37°34.3'N 38°43.5'N 15:47:40 12 287 238 03m33s
034°E 39°13.8'N 36°54.9'N 38°03.9'N 15:48:19 10 288 236 03m29s
036°E 38°32.7'N 36°14.2'N 37°23.0'N 15:48:52 08 289 235 03m24s
038°E 37°50.3'N 35°32.3'N 36°40.8'N 15:49:18 06 291 233 03m20s



Como vemos en la figura la banda de totalidad cruzó Anatolia de NO a SE diagonalmente, tocando el curso medio del río Halys y la ciudad de Tarsus en dirección al territorio caldeo. En la longitud del curso del Halys la duración del eclipse, en su punto central, era de poco menos de tres minutos y medio, y estaba a menos de diez grados de altura sobre el horizonte oeste.




Imaginemos que la batalla entre medos y lidios se produjo e unos 33º de longitud E, suponiendo que los medos hubieran cruzado la orilla del río Halys a una latitud de cerca de 39º. Imaginemos que los medos vienen directamente del este y los lidios del oeste. En estas condiciones ¿cuál hubiera sido la impresión del eclipse a ojos de los soldados de ambos bandos?. Partiendo de las suposiciones dadas, y con los elementos que tenemos, la reconstrucción es relativamente sencilla. Si los lidios estaban al oeste habrían tenido a su favor el Sol en la espalda, que en el momento de la totalidad sólo estaba 11º por encima del horizonte astronómico. El Sol estaba, pues, bajo y con un azimut de 287,5º, en el oeste. Este fenómeno se producía a las 15:48 T.U.


Sea como fuere, el impacto de la visión del Sol engullido debió surtir efecto entre la tropa y sus mandos. Las supersticiones ampliamente arraigadas en la antigüedad, la visión catastrofista del eclipse, las calamidades y desgracias a los que a un fenómeno tal se asimilaba, no pudieron terminar de otro modo. Rápidamente, como señala Herodoto, las dos partes beligerantes se reunieron y dieron por finalizada una guerra que había durado seis años. Aquel 28 de mayo del año 585 a.C., una sombra hizo envainar las espadas.



viernes, 16 de mayo de 2008

ESBOZO SOBRE UN GRAN PERSONAJE


Ciro II el Grande (cerca 600/575 - 530 AC), rey aqueménida de Persia (circa 559 - 530 AC) y fundador del Imperio Persa Aqueménida. Sus conquistas se extendieron sobre Media, Lidia y Babilonia, desde el Mar Mediterráneo hasta la cordillera del Hindu Kush, creando así el mayor imperio conocido hasta ese momento. El imperio fundado por Ciro mantuvo su existencia durante más de doscientos años, hasta su conquista final por Alejandro Magno (332 AC).



TABLA DE CONTENIDOS

1 Nombre
2 Orígenes
3 Expansión
3.1 Conquista de Media
3.2 Conquista de Lidia
3.3 Conquista de Babilonia
3.4 Las provincias orientales
3.5 Siria y Palestina
3.6 Campañas posteriores y muerte
4 Familia real
5 El Imperio
5.1 Ideología y propaganda imperial
5.2 Administración
5.3 Religión
6 Fuentes
6.1 Fuentes primarias
6.2 Autores clásicos
6.3 La Biblia



Nombre

Ciro es la forma latinizada y castellanizada del griego Κύρος (Küros), que a su vez deriva del persa antiguo Kūruš. En persa moderno se llama کوروش Kurosh. Sobre su etimología, los autores clásicos Ctesias y Plutarco lo relacionaban con la palabra ‘sol’, aunque los autores modernos por lo general prefieren ‘joven’ o ‘el que humilla a su enemigo en una disputa verbal’. El epíteto «el Grande» es utilizado por las fuentes griegas, que también lo llaman «el Viejo» (o «el Mayor»), en contraposición al posterior Ciro el Joven.




Orígenes

Ciro era hijo de Cambises I de Anshan, de la dinastía aqueménida, y, según Heródoto, de Mandane, hija del rey medo Astiages y de Aryenis, princesa del reino de Lidia. Esto le proporciona cierta legitimidad sobre los tronos de Media y Lidia, por lo que se puede tomar como un invento de la propaganda oficial; no obstante, las alianzas dinásticas eran usuales. Los antecesores de Ciro lideraban los grupos persas establecidos en la zona montañosa del este del antiguo reino de Elam (sudoeste del actual Irán) desde principios del siglo VII AC, bajo Aquemenes, legendario fundador de la dinastía aqueménida. Ostentaban el título de "rey de Anshan", ciudad de fuerte tradición elamita, y desde el siglo VI adC eran vasallos del reino de Media. La residencia real de Ciro se situaba en Pasargada, cerca de Anshan; no obstante es probable que ya se utilizase Susa, otro antiguo centro urbano del NOROESTE de Elam, como capital alternativa.



El abuelo de Ciro II, Ciro I de Anshan, podría ser identificado con el Ciro de Parsumas mencionado por el rey asirio Asurbanipal hacia el 639 AC. Esto ubicaría la fecha de nacimiento de Ciro cerca del 600 AC, lo que coincide con el reporte del historiador griego Dinón (citado por Cicerón en De Divinatione). En caso contrario, se preferirían fechas más tardías, alrededor del año 580 AC.


Ciertas inscripciones encontradas en Ecbatana (Media, al norte de Irán) indicarían que Ariaramnes y Arsames, miembros de una casa colateral de la dinastía, habrían reinado en corregencia de Ciro I y Cambises I. No obstante, por razones de estilo y de contexto histórico, por lo general se las considera falsificaciones, o bien obra de reyes posteriores, descendientes de Darío I (nieto de Arsames y biznieto de Ariaramnes), o bien modernas.



Expansión

Conquista de Media

Hacia el 559 AC, Ciro II sucedió a su padre Cambises I. Según Heródoto, Ciro se rebeló contra el soberano medo Astiages, a quien logró deponer luego de recibir el apoyo de Harpago, comandante del ejército medo. Fuentes contemporáneas dicen, corroborando a Heródoto, que en el año 550 AC (Crónica de Nabónido, o Crónica de Babilonia Nº7),o 553 AC (Cilindro de Sippar), Astiages atacó a Ciro, pero fue entregado al rey persa por sus propias tropas. Ciro tomó entonces Ecbatana, la capital de Media, y trasladó su tesoro a Persia.
Es notable la frecuencia con la que Heródoto menciona generales de origen medo en las campañas de Ciro, entre ellos Harpago. Ecbatana se transformaría en residencia de verano de los soberanos persas. No obstante, se pueden encontrar reseñas anti-persas en las tradiciones, probablemente de origen medo, recogidas por el historiador griego Ctesias, y en la inscripción de Behistún, que describe rebeliones en Media hacia el 521 AC, unos ocho años después de la muerte de Ciro.


Conquista de Lidia

La frontera occidental del área de influencia meda era el río Halys (Anatolia, acioptual Turquía), que lo separaba del reino de Lidia. Creso, rey de Lidia, era cuñado del depuesto Astiages, existiendo por tanto una alianza matrimonial entre los dos reinos. Según Heródoto, consultó al oráculo de Delfos sobre la conveniencia de atacar a los persas, y este le respondió que si lo hacía, destruiría un gran imperio. Entonces, Creso cruzó el río Halys y se enfrentó con Ciro en Pteria, no lográndose una victoria definitiva para ninguno de los dos bandos. Creso se retiró para pasar las estaciones frías y esperar refuerzos de su aliado Amasis II de Egipto y de la ciudad griega de Esparta, pero fue perseguido por los persas hasta su capital, Sardes, y sitiado. Sardes cayó y, a punto de ser quemado en la hoguera, la vida de Creso fue perdonada por Ciro. El gran imperio destruido terminaba siendo, entonces, el suyo propio.
Esto es lo que narra el relato de Heródoto, que conviene tomar con cautela. En cambio la Crónica de Nabónido nos informa que en el verano del 547 AC, Ciro "conquistó el país de Li[...]" y mató a su rey. Los símbolos cuneiformes que representan el reino conquistado parecen poder interpretarse como "Lidia". El problema está en que contradice ampliamente a Heródoto: en la estación de la conquista de Sardes y en la muerte de Creso.
Los primeros años de la conquista persa de Lidia fueron algo tumultosos. Pacties, lidio encargado del tesoro de Sardes, lideró una rebelión que llegó a asediar Sardes. Esta fue reprimida por el sátrapa Mazares, quien murió al poco tiempo. Su sucesor Harpago dirigió a conquista de las ciudades griegas de Asia Menor.



Conquista de Babilonia

El rey de Babilonia era en aquel momento Nabónido, que había pasado buena parte de su reinado en el oasis árabe de Tema, pero había regresado a Babilonia probablemente a raíz de la amenaza de Ciro. Las campañas contra Babilonia parecen haber comenzado a finales de la década de 540 AC. El primer hecho preciso del que se tiene noticia es la victoria de Ciro sobre los babilonios en la batalla de Opis, en el otoño de 539 AC. Sippar se rindió, y Gobrias, gobernador persa de Gutium, entró sin batalla en Babilonia el 12 de octubre del 539 AC, llegando Ciro varios días más tarde. Gobrias fue designado como gobernador de Babilonia, y se nombraron subgobernadores en las provincias menores.
Para la conquista de Babilonia, Ciro tuvo el sustancial apoyo del sacerdocio babilonio, que estaba enfrentado con Nabónido a causa de sus reformas religiosas. A su vez, la llegada de Ciro es celebrada por la comunidad judía de Babilonia (Isaías 40-56).


Las provincias orientales

Existe un problema sobre cuándo fueron conquistadas las provincias orientales del Imperio, que corrresponden a los actuales Afganistán, Tayikistán, Uzbekistán y Turkmenistán. Eran habitadas por sogdianos, bactrianos y arios, pueblos de origen iranio indoeuropeo y emparentados estrechamente con medos y persas. Son mencionadas como satrapías (provincias) persas en el año 521 AC (inscripción de Behistún), por lo que necesariamente formaban parte del Imperio de Ciro (su sucesor Cambises II no pudo haberlas conquistado ya que sus campañas se concentraron en Egipto). Ciro pudo haberlas heredado del reino medo, o haberlas conquistado tras la anexión de Lidia, según se puede suponer de los historiadores griegos Heródoto y Ctesias.


Siria y Palestina



El área de Siria y Palestina, que formaba parte del Imperio Neobabilónico, fue subyugada pacíficamente. Ciro permitió el regreso a Palestina de las comunidades judías deportadas en Babilonia (Esdras), así como, según datos arqueológicos, de grupos de deportados arameos a su tierra de origen en Siria. Las ciudades fenicias no ofrecieron resistencia, y se estableció una especie de protectorado persa en ellas.










Campañas posteriores y muerte

Hacia el 530 AC, Ciro emprendió una campaña contra los nómadas escitas del noreste del imperio, concretamente la tribu de los masagetas, dejando a su hijo Cambises como heredero con el título de rey de Babilonia. Según informes posteriores (Arriano, Anábasis) fundó una ciudad cerca del Sir Daria, Cirópolis o *Kurushkatha. En todo caso, fue superado y muerto por los escitas. Fue sucedido por su hijo Cambises II.



Familia real

Según una de las versiones presentadas por Heródoto, la esposa principal de Ciro era
Casandana, hija de Farnaspes, un miembro de la familia real Aqueménida. El dato es con toda probabilidad correcto, ya que se ve en parte corroborado por la Crónica de Nabonido, a pesar de que esta no menciona explícitamente de Casandana. La segunda versión, que afirma que la madre de Cambises era una hija del rey egipcio Amasis, debe ser considerada como un intento de legitimación de la conquista de Egipto por parte de Cambises (527 AC). Del mismo modo, es descartada la versión de Ctesias, según la cual la reina de Ciro era Amitis, hija del rey medo Astiages.
Casandana dio a luz a al menos dos hijos, Cambises y
Esmerdis, y una hija, Atosa. Otras dos hijas, Artistona y una anónima, aparecen también en el relato de Heródoto, aunque no se conoce la identidad de su madre. Tanto Atosa como Artistona fueron sucesivamente consortes de su hermano Cambises II, del usurpador Gaumata y de Darío I; de este último también lo fue Parmis, la única hija de Esmerdis. Roxana, una consorte de Cambises mencionada por Ctesias, podría así mismo tratarse de una hija de Ciro.



El Imperio

Ideología y propaganda imperial


El persa es un imperio universalista. Además de "rey de Anshan" (muy usual) y "rey de Persia", Ciro asume los títulos de "rey del Mundo" y de "rey de los cuatro extremos de la Tierra", ambos de origen babilonio, así como "rey de Babilonia" y el arcaizante "rey de Sumer y Acad".
Los enemigos de Ciro son vituperados, en el marco de una campaña propagandística de legitimación. Astiages de Media es descrito en Heródoto (quien bebe de tradiciones persas) como un rey cruel y despótico. Además, Creso fue quien cruzó el río Halys y atacó a Ciro, este sólo respondió a su agresión. En cuanto a Babilonia, en el "Cilindro de Ciro" y otras fuentes sacerdotales, la política religiosa de Nabónido, así como la propia figura del rey, son ridiculizadas. Aún así, las tradiciones recogidas por Heródoto y
Beroso hablan de que Ciro otorgó altos cargos políticos tanto a Creso como a Nabónido.
Ciro destaca por su política de concesiones hacia los pueblos sometidos, que en muchos casos lo hacen de buen grado, y a los que no se exige más que tributo, reclutamiento y aceptación de una guarnición permanente. Rechaza, pues, la deportación masiva practicada por sus antecesores asirios y babilonios, y ocasionalmente por sus sucesores persas. Con Ciro el movimiento es a la inversa: a las comunidades deportadas, como los judíos, se les permite regresar a su tierra.


Administración

Existe numerosa evidencia de la existencia de

sátrapas o gobernadores provinciales durante el reinado de Ciro, a pesar de que un pasaje de la obra de Heródoto podría llevar a pensar que éstos fueron posteriormente introducidos por Darío I. Durante el reinado de Ciro los sátrapas de los que se tiene noticia son exclusivamente de origen persa, aunque hay un número considerable de medos con posiciones de alto rango, entre los cuales Hárpago parece poseer un lugar destacado.
Si bien elementos tales como los sátrapas expresan las innovaciones del nuevo dominio persa, es posible observar así mismo un alto grado de continuidad en muchos aspectos de las sociedades conquistadas, entre ellos el administrativo. Tal es así que, por ejemplo, numerosos funcionarios babilonios que iniciaron su carrera durante en reinado de Nabonido continuaron desarrollándola ininterrumpidamente durante el de Ciro.
Ciertas regiones como
Cilicia, Licia o las ciudades griegas y fenicias parecen haber poseído un elevado grado de autonomía a nivel local.



Religión

La religion del imperio era la promulgada por el profeta Zoroastro. Así mismo es muy notable la tolerancia religiosa aplicada por Ciro y sus sucesores. Ciro es más

sincretista(version mas fiel del zoroastrismo) que mazdeísta (religión oficial persa desde Darío I); de hecho, no hay pruebas fehacientes del mazdeísmo de Ciro, aunque no se excluye esta posibilidad. En Babilonia (el "Cilindro de Ciro" y una fuente sacerdotal sobre Nabónido) es considerado por el sacerdocio como un enviado de Marduk para reestablecer el orden tras las reformas religiosas de Nabónido.



Fuentes

Fuentes primarias


- Textos cuneiformes de origen babilonio: Son sin duda las fuentes más fiables, por ser contemporáneas. Entre ellos destacan la
Crónica de Nabónido, el Cilindro de Ciro y el Cilindro de Sippar . Los dos primeros están escritos desde el punto de vista de la clase sacerdotal de Babilonia, favorable a Ciro. A esto hay que agregarle el bagaje de documentos legales, religiosos, económicos, etc., fechados en el reinado de Ciro, que adquieren importancia central al no ser propagandísticos.

- Las inscripciones reales de Ciro halladas en

Pasargada, junto a su tumba. Probablemente son obra en realidad del futuro rey Darío I. En un bajorrelieve (imagen a la derecha) Ciro es representado con elementos simbólicos elamitas, asirios y egipcios, cuando Egipto fue conquistado por el sucesor de Ciro, Cambises II.


Autores clásicos

- Heródoto (Historias): Es con diferencia la fuente griega más útil sobre Ciro.
- Ctesias (Pérsica): Da una versión alternativa a Heródoto, la que se contradice constantemente con las fuentes primarias. Sólo se conservan fragmentos y resúmenes de Focio y Nicolás de Damasco, entre otros.
- Jenofonte (Ciropedia): Aquí sólo se usa al personaje de Ciro para dar marco a reflexiones morales y filosóficas. Presenta a Ciro como el monarca ideal.


Otras breves referencias a Ciro se pueden encontrar en autores como:
- Arriano (Anábasis)
- Beroso (Historia de Babilonia), conservado sólo en fragmentos y citas de varios autores
- Cicerón (De Divinatione)
- Diodoro Sículo (Biblioteca Histórica)
- Dinón, conservado en citas de Ateneo de Náucratis
- Estrabón (Geografía)
- Flavio Josefo (Antigüedades de los judíos)
- Jenofonte (Anábasis)
- Platón (Leyes)
- Plinio (Historia Natural)
- Plutarco (Vidas Paralelas)
- Pompeyo Trogo (Historias Filípicas), conservado en resúmenes de Justino

La Biblia


En el libro de Isaías (capítulos 40-56) se profetiza y celebra la victoria de Ciro, enviado y ungido por Yahvé. El autor de estos pasajes sería un judío de Babilonia que toma el nombre del profeta del siglo VII AC.


En el libro de Esdras (1. 2-4) se presenta una versión del edicto de Ciro que pone fin el exilio judío en Babilonia.


El Libro de Daniel posee varias referencias a Ciro, pero por ser tardío (¿siglo II AC?) y contradecirse con las fuentes primarias, es considerado generalmente como poco fiable.


El Segundo libro de las Crónicas (36, 22-23) presenta otra versón del edicto de Ciro.




Estamos ante uno de los mas grandes personaje de la historia, el primer gran conquistador,unificador y pacificador .



Mas adelante hablaremos mas sobre el.